EL DOS DE MAYO
En dos pedazos se divide el Orbe.
Dos cabezas audaces lo sustentan.
César, sostiene la opulenta Roma;
nacido bajo el polvo de los tronos,
Napoleón al Occidente doma.
Envuelto con el manto de cien reyes,
del mundo antiguo sucumbió el tirano.
En una roca por la mar batida
bajo un cielo de nubes empañado,
el águila imperial perdió la vida.
La eternidad encubre ambos colosos.
Sobre las tumbas la venganza calla...
Enmudezco: la historia no perdona.
En ella todo existe. No hay pasado,
y hombres, siglos y acciones eslabona.
Hoy tus páginas abre, Pueblo Ibero,
y en sangre tintos tus anales muestra...
Yo no quiero contar tan triste historia;
arrancaré las flores de sus tallos,
y el carro adornaré de tu victoria.
(1843)
EL MARQUÉS DE TORREORGAZ
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