NAPOLEÓN
Silencio
impuso, y le escuchó la Europa;
habló,
y su voz fue estruendo de cañones;
marchó,
y de sus infantes y bridones
cubrió
la tierra innumerable tropa
Lánzase,
nuevo Atila, que galopa
sobre
cetros y ruinas de naciones,
y es su
lecho, en mitad de su legiones,
la
púrpura imperial con que se arropa.
Su
madre fue la expiación: su cuna
la
mecieron humanas tempestades:
la
gloria amó; casó con la fortuna:
No tuvo
origen ni dejó heredero...
Vino al
mundo a marcarle dos edades...
¡Su
nombre pertenece al orbe entero!
ROS DE OLANO
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