«Sobre quien se enamora por oír hablar del ser amado»
¡Oh, tú que me censuras porque amo
a quien no han visto mis ojos!
Te excediste al pintarme
como muy propenso al enamoramiento,
porque dime: ¿Conoce alguien el paraíso
si no es porque le hablan de él?
* * *
Me hicieron tu pintura; pero, al ver lo que pintaban,
comprendí que era puro delirio.
El redoble del tambor asusta y sobresalta al hombre
no siendo más que un peligro vacío.
* * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario