«La princesa encantada»
La mano de un ensueño me
condujo
a la Alhambra de mármol y
cristal,
donde encantada yaces bajo el
lujo
de un verde y llameante
naranjal.
¡Palomita sultana! En tu
cabeza,
al peinarte, clavó largo
alfiler
la maga que envidiaba tu
belleza,
y se trocó en paloma la mujer.
Yo venceré dragones y gigantes
para llegar donde tu vida
espera.
Tu áureo alfiler arrancará mi
amor.
Y surgirás... El peine de
diamantes
peinando el oro de tu cabellera
en la penumbra de un naranjo en
flor.
Francisco Villaespesa
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