«Sobre quien no se enamora sino con el largo trato»
Desoiré las llamadas del amor,
porque creo que los hombres rectos han de cortar por lo sano,
y he visto que hay un indicio de amor en pasear
mis ojos entre las flores de tus mejillas.
Pues estás alegre y tranquilo
y de pronto te ves entre eslabones de cadenas,
como el que, engañado por el poco fondo de una corriente,
pierde pie y desaparece en la creciente marea.
* * *
Miente de juro quien pretende amar a dos,
como mintió Manes en sus
principios.
No hay sitio en el corazón para dos amados,
ni lo que sigue a lo primero es siempre segundo.
Igual que la razón es una, y no conoce
otro Creador que el Único, el Clemente,
uno es también el corazón y no ama
más que a uno, esté lejos o cerca.
Quien no es así, es suspecto en ley de amor
y está distante de la verdadera fe.
La religión no es más que una, la recta,
y el que tiene dos religiones es infiel.
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