«Sobre quien, habiendo amado una cualidad determinada,
no
puede amar ya luego ninguna otra contraria»
Me la afean porque tiene rubio el cabello,
y yo les digo: «-Esa es su belleza, a mi juicio.
Yerran quienes vituperan el color de la luz y del oro,
por una necia opinión, del todo falsa.
¿Censurará alguien el color del narciso fragante,
o el color de las estrellas que brillan a lo lejos?
Sólo la criaturas de Dios más alejadas de toda ciencia
prefieren los cuerpos negros, de color de carbón:
negro es el color de los moradores del infierno;
negro el vestido de los que lloran por perdido un hijo y están de luto;
y desde que aparecieron las banderas negras están seguras
las almas de los hombres de que no llevan a la ortodoxia.»
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