A cierta dama
que, sin conocerme, me pidió versos
Si
acaso un trovador habéis soñado,
blando,
sentimental y zalamero,
la capa
recogida en el acero
y a la
cintura el bandolín dorado,
ese tal
no soy yo; vate cansado,
a quien
el mismo abril parece enero,
canto
ya con permiso del casero
y dejo
estar las flores en el prado.
Si
alguna vez al cielo me remonto,
nunca
de mis esfuerzos hago alarde,
prefiriendo
ser tímido a ser tonto;
y con
esto, señora, Dios os guarde,
que, o
yo me he muerto demasiado pronto,
¡o vos
nacisteis demasiado tarde!
1883
Manuel del Palacio
No hay comentarios:
Publicar un comentario